biopoder y biopolítica foucault

137-145. Técnicas de poder centradas en el cuerpo individual. Alberto Bejarano. En el caso del liberalismo político obliga a vivir principalmente conforme a la productividad y a la capitalización de la actividad o actividades a las que dedicamos nuestras vidas, aunque también se nos prescribe qué espacios habitar, . Se encontró adentroLa necropolítica ha conseguido transformar a los seres humanos en una mercancía. Esposito ubica en 1905 la primera aparición del término biopolítica, por un autor sueco —Rudolph Kjellen— quien, por cierto, también introduce la idea de la geopolítica a la que queda ligada originalmente la idea de la biopolítica, que a su vez da pie a la del biopoder en Foucault. Por el otro lado, estarían aquellos que creen en una especie de biopolítica positiva. Lo anterior vincula al decir veraz con el coraje de la verdad y no con el conocimiento. [22] Foucault, La hermenéutica del sujeto, Fondo de Cultura Económica, México, 2002, p. 105. (1986 ). Nuestra propia concepción del sexo sería biopolítica. Esto no significa que haya abandonado su analítica sobre la biopolítica para centrarse únicamente en el biopoder, sino que pretendió mirar lo universal de los ejercicios de poder en las prácticas singulares del poder. Tenemos, por un lado, las tecnologías de la disciplina que buscan la vigilancia, el adiestramiento e incluso el castigo del cuerpo; y, por otro lado, las tecnologías de la seguridad de la población que procuran controlar la serie de acontecimientos riesgosos que pueden producirse en una masa viviente. Ya no es posible hablar con los términos clásicos; ahora no hay silenciosas «masas» oprimidas, sino un nuevo sujeto que forma una Multitud espontánea y creativa capaz de forjar una alternativa democrática al actual orden global. Foucault denomina "biopolítica" o outro polo complementar do biopoder. 65-66. Aquí se juega la creencia. POR EL BIOPODER . Tratemos, más bien, de dar sentido y belleza a la muerte desaparición”.[23]. Por ello la parrhesía en la democracia acepta que sólo algunos pueden decir verdad. Y, por último, el estado de guerra y la guerra misma que ya no tiene que ver con naciones —en sentido estricto, aunque también aluden a ellas—, sino con la seguridad y el control de la población. . La guerra le sirve a Foucault para analizar los ejercicios de poder en la sociedad, ya sean éstas disciplinarias o de seguridad. Este libro surgió de la necesidad de encontrar un esquema de pensamiento y de acción que, asimilando las enseñanzas de la experiencia colombiana y de los modelos de socialismo real que existieron en Europa del Este, permitiera delinear ... nos estudos de Michel Foucault sobre biopolítica. Esta investigación es una reflexión sobre los múltiples paradigmas que articulan el diagrama del biopoder contemporáneo. Esta es una forma de gobierno mundial. y. adiestra los cuerpos a nivel individual (por ejemplo, hacia maximizar sus fuerzas para integrarlas al sistema de producción capitalista) para su auto . Al contrario, biopolítica y biopoder van de la mano. Y como lo señala en la Introducción de dicho libro: “Queremos demostrar que la raíz de la patología mental no debe estar en una especulación sobre cierta ‘metapatología’ sino en una reflexión sobre el hombre mismo”.[1]. Así, cuando pensamos en el cuidado de sí mismo, no se trata de producir una tercera forma alternativa de conocimiento a las dos expuestas, pues esto implicaría seguir por la misma ruta. Se trata de “optimizar un estado de vida”, o sea, de dejar vivir entendido como obligar a vivir de un cierto modo, con cierto estilo, de una forma determinada, por ejemplo, el american way of life. Biopolítica y necropolítica como referentes . Así, se pasa de concebir a los gobernados como sujetos de derecho a concebirlos como seres vivos. El aborto es una cuestión geopolítica y una práctica biopolitica, implica un ajuste poblacional. [16] Ibid., p. 224. Enter the email address you signed up with and we'll email you a reset link. “[…] es una tecnología de poder destinada a la multiplicidad de los hombres, pero no en cuanto se resume en cuerpos sino en la medida en que forma, al contrario, una masa global, afectada por procesos de conjunto que son propios de la vida, como el nacimiento, la muerte, la producción, la enfermedad […] [la biopolítica] trata de un conjunto de procesos como la proporción de los nacimientos y las defunciones, la tasa de reproducción, la fecundidad de una población”.[8]. [11] Tampoco hay institución neutral; ni las Naciones Unidas, ni la UNESCO, ni los Derechos Humanos son inmunes a la guerra, ni al poder, ni a la tensión de las relaciones entre los sujetos. La filosofía es una experiencia del pensamiento que atraviesa todos los ámbitos de la vida y de las ciencias, no es una disciplina en sí misma sino un quehacer que permite al sujeto acceder a la verdad, a sus condiciones y límites. El estado de guerra, ineludible para toda sociedad, es el enfrentamiento cotidiano y normal de todos entre o contra todos. Pero hay también una forma de verdad que, por así llamarla, es cotidiana, pues se hace en la experiencia y en la práctica; en ocasiones obedece a la verdad del conocimiento, pero también se revela frente a él. La biopolítica es una relación estratégica y no un poder de decir la ley o de fundar la soberanía. Foucault analiza la primera en la figura de Sócrates con relación a Alcibíades; mientras que la parrhesía es revisada en Platón como maestro de Dionisio. Aparece la estadística, como ciencia de Estado. Programa «Pensadores Contemporáneos» de TV UNAM, Nozick frente a Dussel: una posible lectura de conciliación política, Una breve reflexión sobre el humanismo ateo en Henri de Lubac, Del Goce al Terror: comprendiendo la influencia griega en el génesis capitalista, Judith Butler: lesbiana, mujer, judía, queer, filósofa, La subjetividad como precursora del concepto de modernidad en Hegel. [11] Foucault, Defender la sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 2014, p. 56. Por ejemplo, cuando pasa de su definición de los saberes sometidos a éstos los divide en dos tipos: “[…] los eruditos, aquel tipo de contenidos históricos que fueron sepultados, enmascarados en coherencias funcionales o sistematizaciones formales, de lo que afirma que no fue la semiología de la vida asilar, ni tampoco una sociología de la delincuencia, sino, en verdad, la aparición de contenidos históricos, [y por otra parte] los saberes sometidos entendidos como los saberes locales, saberes descalificados, como por ejemplo el del psiquiatrizado, el del enfermo, el del enfermero, el del médico —pero paralelo y marginal con respecto al saber médico—”.[6]. El biopoder tiene en la muerte su límite. que contiene también valiosos -aunque breves- co-mentarios sobre el problema del biopoder y su posible interpretación. [17] Ibid., p. 226. Con Foucault nos preguntamos: ¿cómo hoy el sujeto es capaz de verdad? Biopoder és un terme originàriament forjat pel filòsof francès Michel Foucault per referir-se a la pràctica dels estats moderns d'«explotar nombroses i diverses tècniques per subjugar els cossos i controlar la població». [18] Ibid., p. 229. En el primer caso se trata de lo que él llama razas en el sentido genérico, concepto que no tiene que ver con la noción moderna de racismo, pues es un modo de diferenciar grupos de una misma población, por ejemplo: los que pertenecen a tal región; los de la montaña y la costa; los de un lado del río y los del otro; entre los más ricos y los más pobres. Para este grupo, el objetivo es mantener al margen del biopoder a la naturaleza a base de denunciar los excesos biopolíticos. En Obreros y capital, Mario Tronti acomete en esta línea una potente lectura de la obra marxiana y la pone en relación con las experiencias organizativas y las condiciones económicas, sociales y políticas del capitalismo contemporáneo ... Las disciplinas del cuerpo surgen a mediados del siglo XVII, y se centran en hacer fuerte y útil un cuerpo individual entendido como máquina. [6] Foucault, Defender la sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 2014, p. 21. Sin embargo, cabe insistir que mirar a la biopolítica o al biopoder como potencias nefastas y opresivas coloca el pensamiento de Foucault sólo de un lado del análisis. Así, las prácticas sexuales comunes, pero también las concepciones científicas sobre el sexo, serían una forma de apuntalar los equilibrios de poder del statu quo a través de la práctica sexual. En el decir veraz no se trata de “decir todo”, sino de “poner todo”, o sea, la vida misma en lo que se dice. De alguna manera el alma se encarna en el cuerpo, en sí mismos una y el otro no son nada. Desde fines del S XVII y XVIII se ve aparecer la tecnología disciplinaria del trabajo. No se trata de saber quién eres o de conocer tus capacidades, tus pasiones, si eres mortal o inmortal, o para qué se viene al mundo. El uso de los placeres, sino de una cuestión más amplia, que ubica a la subjetividad en una reflexión que va más allá de una hermenéutica y de una analítica. Y un médico, por supuesto, tiene mucho más posibilidades de éxito si se lo llama al comienzo de la enfermedad y no al final. Biopolítica es un término acuñado por Michel Foucault, y consiste en la regulación de la vida a partir de factores biológicos, para lo cual se elabora una tecnología de poder, pero esta vez diferente a la técnica disciplinaria, la técnica disciplinaria tradicional que menciona Michel Foucault se dirigía principalmente al hombre en lo individual, al hombre-cuerpo; ahora, nos menciona . Profundicemos un poco más sobre estas tres ideas sobre Defender la sociedad: Primera idea sobre “defender la sociedad”: contra las razas internas. Este libro constituye un debate en torno a la obra Imperio de Michael Hardt y Antoni Negri. Del biopoder a la biopolítica de Maurizio Lazzarato. Eso, en sentido metodológico o formal, como afirma Foucault, sirve de algo pero no es el fondo de la cuestión. El cuerpo es una realidad biopolítica; la medicina es una estrategia biopolítica" (Foucault 1999:366). La purificación de la raza se convierte en una primera forma de normalización. En un sentido, provienen de la existencia de los otros; y en otro sentido, de la energía biológica, lo que nos remite al biopoder. Foucault llama a estos grupos “bárbaros”, que son la carne de cañón que sirven en las guerras y en el estado de guerra, para defender lo que los nobles llaman o entienden por sociedad, como hoy los tecnócratas o la clase media defiende lo que conciben como sociedad. No estaríamos ya ante un tratamiento episódico, incidental, sino ante un par de cursos que tienen por objeto a la biopolítica. “El discurso de la lucha de razas –que en el momento en que apareció y empezó a funcionar, en el siglo XVII, era en esencia un instrumento de lucha para unos campos decentrados– va a recentrarse y convertirse, justamente, en el discurso del poder, de un poder centrado, centralizado y centralizador; el discurso de un combate que no debe liberarse entre dos razas, sino a partir de una raza dada como la verdadera y la única, la que posee el poder y es titular de la norma, contra los que se desvían de ella, contra los que constituyen otros tantos peligros para el patrimonio biológico.